Frases Tal vez mañana

  Él: Tal vez el motivo de que tenga una opinión elevada de la gente que canta en la regadera sea precisamente que yo no lo hago.
Ridge

Eso es mucho tiempo para invertirlo en las dos personas en las que, supuestamente, más confiaba. No sé si habría terminado casándome con Hunter, ni si habría sido el papá de mis futuros hijos, pero me duele pensar que yo confiaba lo bastante en él para imaginar que tal vez pudiera desempeñar esos papeles y, en cambio, haya resultado ser una persona radicalmente opuesta a lo que yo creía.
Supongo que el hecho de haberme equivocado con él me enoja más que el que me haya engañado. Si no soy capaz de juzgar de forma adecuada a las personas más próximas a mí, entonces no puedo confiar en nadie. Nunca. Los odio por haberme arrebatado eso. Ya no importa quién entre en mi vida a partir de ahora, siempre me mostraré escéptica.
Sydney


Tiene que ser bastante aburrido eso de responder las mismas preguntas una y otra vez.
Sydney

Hay algo que me encanta en estos ratos que pasamos escribiendo canciones. Cuando componemos juntos, las preocupaciones y los pensamientos  sobre todo lo que no funciona en mi vida desaparecen sin más. Es genial.
Sydney

Lo último que quiero –o necesito– es enamorarme de este chico.
Sydney

En el fondo de mi corazón, se que no quería que pasara nada con él, especialmente en esta etapa de mi vida. Sé que tengo que estar sola. Quiero estar sola. Pero también sé que el motivo de que esta situación me confunda tanto es que albergaba ciertas esperanzas. Aunque no esté lista para que ocurra algo ahora mismo, creía que al menos existía esa posibilidad. Tal vez surgiera algo entre nosotros cuando yo estuviera preparada para ello.
Sydney

En aquel momento me estaba diciendo que siempre hay algo de verdad tras la letra de una canción, pues procede del interior de la persona que la escribió.
Sydney

Sonrío y pulso de nuevo la tecla de reproducir del teléfono. Sigo observándola, pero en cuanto empieza a mover los labios y me doy cuenta de que está cantando la canción, mi sonrisa desaparece arrastrada por algo que no esperaba sentir en absoluto.
Celos.
Nunca en toda mi vida, en todos los años que llevo habitando un mundo de silencio, había deseado tanto oír algo como deseo ahora oír su voz. Deseo tanto oírla que me resulta físicamente doloroso. Me siento como si las paredes de mi pecho me estuvieran aplastando el corazón, y ni siquiera me doy cuenta de que le puse una mano en el pecho hasta que ella se voltea hacia mí, sobresaltada. Le digo que no con la cabeza, pues no quiero que deje de cantar. Ella hace un ligero gesto de asentimiento, pero los latidos de su corazón se aceleran por segundos bajo mi mano. Noto la vibración de su voz en la palma, pero la tela que me separa de su piel me impide percibir su voz en la palma, me impide percibir su voz como a mi me gustaría. Desplazo la mano hacia arriba, hasta apoyársela en la base de la garganta, hasta dejar los dedos y la palma completamente inmóviles en su cuello. Me acerco más a ella, le pego el pecho al costado, porque la abrumadora necesidad de oírla me domina por completo y ni siquiera me permito pensar en dónde están trazadas las líneas invisibles.
Ridge

<<Dices que está mal, pero es muy bonito>>
No existe otra forma de describir lo que siento. Sé que está mal la forma en que pienso en ella y lo que ella me hace sentir, pero no hago más en que luchar contra lo bonito que me parece estar con Sydney.
Ya no canta. Aún tengo la mano apoyada en su garganta y ella continúa con la cara volteando hacia mí. Subo un poco la mano, hasta rozarle la mandíbula. Paso un dedo por el cable de los audífonos y se los quito. Bajo de nuevo los dedos hacia su mandíbula y, poco a poco, le paso la mano por detrás de la nuca. Mi mano se adapta tan perfectamente a la forma de su nuca que es como si estuviera hecha para sujetarla así. Muy despacio, la atraigo hacia mí y ella voltea ligeramente el cuerpo en mi dirección. Mi pecho y el suyo se encuentran y experimento una fuerza tan poderosa que todo mi cuerpo pide a gritos que lo funda con el suyo hasta el último rincón.
Ella me acerca las manos al cuello y, muy despacio, me apoya las palmas en la piel para después subir los dedos y hundírmelos en el pelo. Tenerla tan cerca hace que me sienta como si hubiéramos creado nuestro propio espacio privado, como si el mundo exterior no pudiera entrar aquí ni nuestro mundo interior pudiera salir.
Noto su aliento en los labios y, aunque no puedo oír su respiración, me imagino que debe de sonar igual que cuando percibo el sonido de su corazón. Apoyo la frente en la suya y algo, una especie de murmullo, me surge de lo más hondo del pecho y me sube hasta la garganta. El sonido que siento brotar de mis labios hace que Sydney abra la boca, como si quisiera contener una exclamación, y la forma en que separa ligeramente los labios me impulsa a cubrirlos con los míos de inmediato en busca del alivio que anhelo con tanta desesperación.
Y alivio es exactamente lo que obtengo cuando nuestros labios se unen. Es como si de repente liberara todos los sentimientos reprimidos y negados que ella me inspira y consiguiera respirar por primera vez desde que la conozco.
Ella sigue acariciándome el pelo con los dedos y yo le sujeto la nuca con más fuerza, la atraigo hacia mí. Deja que mi lengua se deslice en su interior y busque la suya. Su cuerpo es cálido y suave, y las vibraciones de sus gemidos empiezan a abandonar su boca para perderse directamente en la mía.
Cierro muy despacio los labios sobre los suyos, pero enseguida vuelvo a abrirlos y repetimos el beso, aunque esta vez con menos titubeos y más desesperación. Sus manos me recorren la espalda y yo dejo resbalar una de las mías hasta apoyársela en la cintura, mientras exploro el interior de su boca y nuestras lenguas inician una increíble danza al ritmo de una canción que sólo nuestras bocas oyen. La desesperación y la velocidad con que nos dejamos llevar por ese beso deja claro que ambos intentamos obtener lo máximo del otro antes de que termine este momento.
Porque los dos sabemos que tiene que terminar.
Le rodeo la cintura con firmeza cuando mi corazón empieza a partirse en dos: una de las mitades se queda donde ha estado siempre, con Maggie, pero la otra se va hacia la chica que está pegada a mí.
Nada, en toda mi vida, me había parecido tan bonito y, al mismo tiempo, tan terriblemente doloroso.
Aparto los labios de los suyos y los dos jadeamos en busca de aire, pero no puedo moverme porque ella sigue abrazándome con desesperación. Me niego a permitir que nuestros labios vuelan a unirse mientras intento decidir cuál de las dos mitades de mi corazón quiero salvar.
Ridge

Me apoyo en las manos y contemplo lo que acabo de hacerle.
Le hice lo único que prometí no hacerle nunca.
Convertirla e una Tori.
Ridge

No quiero mirarme en el espejo porque temo verme tal como soy ahora mismo. Una chica que no tiene sentido moral ni respeto por las relaciones de los demás.
Sydney

Ridge anhelaba oírme tanto como yo anhelaba que me oyera.
Sydney

Es fácil luchar contra el deseo, sobre todo porque la única arma que éste posee es la atracción.
Pero no es tan fácil cuando se intenta ganarle la guerra al corazón.
Sydney

<<Oye, corazón. ¿Me escuchas? Tú y yo nos hemos declarado la guerra oficialmente.>>
Sydney

Me preocupa que los sentimientos sean, precisamente, la única cosa que no podemos controlar en esta vida.
Sydney

  Yo: Pero las cosas no han salido mal entre nosotros. Ése es el problema. Las cosas han salido demasiado bien entre nosotros. Encajamos bien. Todo en ti me parece ideal, pero...
No tengo la menor duda de que ambos seríamos perfectos para la vida del otro. Son nuestras vidas las que no son perfectas para nosotros.
  Sydney: Si he aprendido algo de toda esta experiencia, es que Tori y Hunter no destruyeron por completo mi capacidad de confiar en los demás como pensé al principio. Tú siempre has sido sincero conmigo acerca de tus sentimientos. Nunca hemos eludido la verdad. En todo caso, hemos trabajado juntos para encontrar una forma de cambiar las cosas. Y quiero darte las gracias por ello. Gracias por enseñarme que los chicos como tú existen de verdad... y que no todos son como Hunter.
  Yo: No me des las gracias, Sydney. No deberías dármelas, porque fracasé estrepitosamente al intentar no enamorarme de ti.
  Sydney: Yo fracasé antes.
Sydney & Ridge

A veces, las palabras causan más efecto en un corazón que un beso.
Ridge

No tengo intención de volver a contactar con ella después de hoy, así que saber que esta despedida es definitiva me oprime el pecho y, carajo, cómo duele.
Ridge

No somos más que dos almas absolutamente confundidas, asustadas ante una despedida no deseada y, sin embargo, crucial.
Ridge

No quiero que esté aquí, delante de mí. No quiero que me mire con esa expresión que refleja mis propios sentimientos. No quiero que sufra como lo estoy haciendo yo. No quiero que me extrañe como lo extrañaré yo. No quiero que se enamore de mi como yo lo hice de él.
Sydney

<<Una vida mediocre es una vida desperdiciada.>>
Papá de Sydney

  <<Nunca creí que fuera posible sentir algo sincero por más de una persona, pero tú me convenciste de lo terriblemente equivocado que estaba.>>
Ridge

He vivido veinticuatro años sin experimentar jamás esta clase de odio. Es la clase de odio que anula la conciencia por completo. Es la clase de odio que justifica acciones que en otras circunstancias serían injustificables. Es la clase de odio que se siente en cada punto del cuerpo y en cada milímetro del alma. Y nunca jamás lo había experimentado hasta ahora. Nunca había odiado nada ni a nadie con tanta intensidad como me odio a mí mismo en este momento.
Ridge

Me siento como si me estuviera ahogando, pero ya no me quedan fuerzas ni para molestarme en tomar aire.
Sydney

  –No elegimos de quien nos enamoramos. Sólo elegimos de quién queremos seguir enamorados.
Sydney

  –A veces necesitamos unos cuantos días malos en la vida para poder ver los buenos desde otra perspectiva.
Warren

El corazón no debería tener la posibilidad de amar a más de una persona a la vez.
Ridge

  –Es que no tendría que luchar por nosotros, Ridge. Ya tengo que luchar cada puto día de mi vida sólo para sobrevivir. Debería poder disfrutar de lo nuestro, pero no es así. Vivo siempre con miedo a molestarte o a que te enojes, porque necesitas rodearme de una burbuja protectora. No quieres que corra riesgos ni que haga nada que pueda causarme el más mínimo estrés. No entiendes que vaya a la universidad, puesto que los dos conocemos mi destino. No entiendes que quiera tener una profesión, porque crees que lo mejor sería que me tomara las cosas con calma. No entiendes mi deseo de experimentar las mismas cosas que a los demás les produce una descarga de adrenalina. Te pones hecho una fiera cuando hablo de viajar porque crees que no es bueno para mi salud. Te niegas a ir de gira con tu hermano porque quieres ser tú quien me cuide cuando me ponga enferma. Has renunciado a tantas cosas en tu vida para asegurarte de que yo no tenga que renunciar a nada en la mía que a veces me resulta asfixiante.
Maggie

Me siento como si no pudiera llevar la vida que quiero por miedo a hacerte daño, con si tú no pudieras llevar la vida que quieres porque eres demasiado leal. Y, por mucho que me duela admitirlo, creo que tal vez esté mejor sin ti. Y algún día, creo, tú también te darás cuenta de que estás mejor sin mí.
Maggie

Las cosas son demasiado complicadas entre nosotros y nada, salvo el tiempo y la distancia, puede cambiar ese hecho.
Sydney

Sin embargo, saber lo que debería hacer y acatar lo que debería hacer son dos cosas completamente distintas.
Ridge

Se enciende la luz de mi habitación. Un segundo más tarde, alguien me zarandea bruscamente por los hombros. Sonrío, medio atontado aún, porque la presencia de Warren me indica que esta vez lo tengo justo donde quería. Me doy la vuelta para mirarlo.
  –¿Pasa algo? –le digo por señas.
  –¿Dónde están?
  –¿Qué cosa?
  –Los condones, Ridge. ¿Dónde demonios me escondiste los condones?
Sabía que si robarle las llaves no funcionaba, robarle los condones sí lo haría. Me alegra, eso sí, que haya tenido el detalle de ponerse unos pantalones antes de dejar a Bridgette en la cama y entrar hecho una furia en mi habitación.
  –¿Quieres los condones? –le digo por señas–. Pues dime dónde vive Sydney.
Warren se pasa las palmas de las manos por la cara y, por su expresión, entiendo que está soltando un gruñido.
  –Olvídalo. Iré al super a comprar otra caja.
Antes de que se dé la vuelta para salir de la habitación, me siento en la cama.
  –¿Y cómo vas a ir al super? Tengo tus llaves, ¿te acuerdas?
Se detiene durante un segundo, pero enseguida relaja el gesto, como si acabara de tener otra revelación.
  –Tomaré el coche de Bridgette.
  –Pues que tengas suerte buscando sus llaves.
Warren me mira con severidad durante varios segundos. Luego deja caer los hombros y, por último, se dirige a mi cómoda. Toma un papel y una pluma, escribe algo, arruga el papel y me lo lanza.
  –Aquí tienes la dirección, cabrón. Ahora, dame las llaves.
Desdoblo el papel y compruebo que realmente escribió una dirección. Acerco una mano al buró, tomo la caja de condones y se la lanzo.
  –Confórmate con esto por ahora. Te diré dónde están las llaves cuando confirme que ésta es su verdadera dirección.
Warren saca uno de los condones de la caja y me lo lanza.
   –Pues llévate también esto, porque te aseguro que ésa es su dirección.
Da media vuelta y sale de la habitación. En cuanto se va, me levanto de un salto, me visto y salgo por la puerta.
Ni siquiera sé qué hora es.
Ni siquiera me importa.
Ridge & Warren

Hay canciones que me encantaban y que ahora me niego rotundamente a escuchar. Porque estimulan algunos recuerdos y sentimientos que no quiero revivir.
Sydney

Me merezco más de lo que él puede ofrecerme ahora mismo. He sufrido demasiado este año para permitir ahora que alguien juegue con mi corazón de esa manera.
Sydney

No sé por qué intento esconderle mi reacción, pero... ¿no es eso lo que hace todo el mundo? Nos esforzamos mucho por disimular lo que sentimos a las personas que, probablemente, más necesitan conocer nuestros verdaderos sentimientos. La gente trata de reprimir sus emociones, como si estuviera mal reaccionar de forma natural ante la vida.
Sydney

Es increíble como el hecho de que alguien te abrace durante apenas unos minutos puede cambiar para siempre lo que sientes cuando ese alguien no te abraza. En cuanto esa persona se separa de ti, de repente tienes la sensación de que te falta una parte.
Sydney

Verlo luchar por decidir con quién quiere estar de verdad me provoca más dolor del que estoy dispuesta a soportar. Me merezco más de lo que él puede ofrecerme ahora mismo, y su conflicto me está destrozando el corazón. Y la mente. Con Ridge, todo es demasiado.
Sydney

Y cuando Sydney puso el dedo en la llaga antes, quería contestarle que no, que no volvería con Maggie. Cuando dijo que la aterrorizaba que yo estuviera deseando que fuera Maggie, sentí el deseo de abrazarla y demostrarle que nunca, ni una sola vez, he querido estar en otro lugar cuando estoy con ella. Sentí el deseo de decirle que lo único que lamento es no haberme dado cuenta antes de para cuál de las dos soy mejor. Con cuál de las dos tengo más sentido. A cuál de las dos empecé a amar de una forma realista y natural, no idealizada.
Ridge

No quiero que Sydney se sienta jamás como mi segundo plato cuando en el fondo de mi corazón se que ella es la elección correcta. La única elección posible.
Ridge

Así que cuando me preguntas si la elegiría a ella y no a ti, me planteas una situación a la que no puedo darle una respuesta clara. Porque sí, en estos momentos probablemente me alejaría de ti si ella me lo pidiera. Casi toda mi lealtad sigue estando de su parte. Pero si me preguntas a quien necesito más, o con quién prefiero estar, o por quien se muere mi corazón... Bueno, esa decisión ya la tomó mi corazón hace tiempo, Sydney.
Ridge

Sin embargo, he aprendido que al corazón no se le puede decir cuándo, ni a quién ni cómo debe amar. El corazón hace lo que le da la gana. Lo único que nosotros podemos controlar es si le damos a nuestra vida y a nuestra mente la oportunidad de acompasarse a nuestro corazón.
Ridge

No sé cuando estarás lista para mí. Puede que sea el mes que viene o el año que viene. Sea cuando sea, quiero que sepas que no tengo la menor duda de que conseguiremos que funcione. Sé que lo lograremos. Si hay dos personas en este mundo capaces de encontrar la forma de amarse, ésas somos tú y yo.
Ridge

  Yo: ¿Por qué tengo la sensación que me da igual la sensación que tengas?
Ridge

Acerco la silla al borde del balcón y apoyo los brazos sobre el brandal. Después dirijo la mirada hacia su antiguo balcón. Cada vez que salgo aquí y veo su silla vacía, todo me parece mucho más difícil. Pero dentro de mi apartamento ya no encuentro nada que me la recuerde. Se lo llevó todo al irse, aunque en realidad nunca tuvo gran cosa mientras vivió aquí. Estar aquí afuera, en el balcón, es lo más cerca que puedo sentirme de ella desde que parece que estamos tan lejos el uno del otro.
Ridge

  –Sydney –dice–, algunas de estas canciones las escribí contigo. Otras las escribí para ti.
Ridge

  –Si no estás preparada para pronunciar aún esa palabra, no pasa nada –continúa–. Esperaré todo el tiempo que necesites. Sólo confío en que no te importe la interrupción de esta noche.
Aparta el micrófono y baja la mirada hacia su guitarra. Brennan se acerca al micrófono y me mira.
  –No oye lo que estoy diciendo ahora mismo, así que aprovecho la oportunidad para decirte que es un mentiroso de mierda. No quiere esperar más. Necesita que pronuncies esa palabra tanto como el aire, por el amor de Dios, dísela esta misma noche.
Ridge & Brennan

En momentos como éste, me alegro de no poder oír. El hecho de que nada me distraiga me permite concentrarme únicamente en ella. Noto las vibraciones de la música en el pecho, me fijo en sus labios y la veo cantar hasta la última palabra de la letra.
Ridge

El alfabeto sólo tiene veintisiete letras. Podría pensarse que no se puede hacer mucho con sólo veintisiete letras. Podría pensarse que no son muchos los sentimientos que esas veintisiete letras pueden inspirar cuando se combinan y se mezclan entre sí para formar palabras.
Sin embargo, esas veintisiete letras pueden despertar infinidad de sentimientos en una persona, y esta canción es la prueba palpable de ello. Jamás entenderé cómo es posible que unas cuantas palabras encadenadas cambien a una persona, pero esta canción y estas palabras me están cambiando por completo.
Me siento como si mi <<tal vez mañana>> acabara de convertirse en mi <<ahora mismo>>.
Sydney

Termino la canción y, sin darme siquiera tiempo a mirarla, empiezo a tocar otra. Temo perder, en caso de que la mire, la poca fuerza de voluntad que aún me mantiene sobre este escenario. Necesito tanto estar a su lado que hasta me resulta doloroso, pero sé lo importante que es que Sydney escuche la próxima canción. Y, además, tampoco quiero ser yo quien tome la decisión final. Si está preparada para estar conmigo, ya sabe lo que quiero de ella. Si no lo está, respetaré su decisión.
Sin embargo, si resulta que cuando termine esta canción no está lista para empezar la vida que sé que podríamos tener juntos, puede que no llegue a estarlo nunca.
Ridge

Ninguno de los dos desvía la mirada ni una vez. Durante toda la canción, ella se concentra únicamente en mí y yo en ella. Cuando termina la música, me quedo inmóvil. Espero a que su mente y su vida se acompasen con su corazón... y espero que sea pronto. Esta noche. Ahora mismo.
Ridge

Sydney se seca las lágrimas de los ojos y entonces levanta las manos. Mantiene alzado el índice derecho a la izquierda; luego lo hace girar en el aire y, por último, une la punta de ambos dedos.
No puedo moverme.
Acaba de utilizar la lengua de signos.
Acaba de decir <<cuándo>>.
Verla utilizar la lengua de signos es algo que no me esperaba en absoluto. Es algo que jamás le habría pedido. Aprender esta lengua durante el tiempo que hemos estado separados para poder comunicarse conmigo es lo más maravilloso que alguien ha hecho por mí jamás.
Niego con la cabeza, aturdido, pues no consigo asimilar la idea de que esta chica quiera ser mía, de que sea tan perfecta y tan guapa y tan buena y, carajo, ¡cuánto la quiero!
Ridge

Sé que cuesta entender lo que digo y aún me siento incómodo cuando hablo, pero me encanta ver sus ojos cuando escucha mi voz. Me dan ganas de pronunciar, aquí y ahora, todas las palabras que pueda.
Ridge

Han transcurrido varios meses desde la última vez que la vi, y aunque quería creer que ella aún deseaba estar conmigo, tenía ciertas dudas. Hasta estaba empezando a cuestionarme nuestra decisión  de esperar antes de iniciar una relación. Pero lo que jamás habría imaginado es que ella dedicara esos meses a aprender a comunicarse conmigo utilizando una lengua que ni siquiera mis papás se molestaron en aprender.
Ridge

  –Me acabo de enamorar perdidamente de ti –le digo. Miro a Bridgette, que sigue sentada en la mesa–. ¿Lo viste Bridgette? ¿Viste cómo acabo de enamorarme de ella? –.Bridgette pone los ojos en blanco y Sydney se ríe. La miro de nuevo–. Es cierto. Hace unos veinte segundos. Me enamoré perdidamente de ti.
Sonríe y pronuncia las siguientes palabras muy despacio, para que pueda leerle los labios.
  –Yo me enamoré antes.
Sydney & Ridge

Cuándo la última palabra abandona sus labios, la atrapo con la boca.
Desde el preciso instante en que me alejé de estos labios, no he hecho más que pensar en el momento en que volvería a saborearlos. Sydney me estrecha entre sus brazos y yo la beso intensamente, luego con delicadeza, después rápidamente y a continuación lentamente, pasando por todos los estados intermedios. La beso de todas las formas en que se me ocurre besarla, porque tengo la intención de amarla de todas las formas que se me ocurran. Cada una de las veces que en el pasado nos negamos a sucumbir a lo que ambos sentíamos hace que este beso merezca todos los sacrificios realizados. Este beso compensa todas las lágrimas, todo el dolor, todo el sufrimiento, todo el esfuerzo y toda la espera.
Ella vale todo eso.
Ella vale mucho más que eso
Ridge

La amo a ella. Amo todo lo que tenga que ver con ella. Amo el hecho de que jamás me haya juzgado. El hecho de que me entienda. Amo que, a pesar de todo lo que ha tenido que pasar por mi culpa, no haya hecho más que apoyar mis decisiones, por mucho que la destruyeran una y otra vez. Amo su honestidad. Amo su desinterés. Y, sobre todo, amo  el hecho de ser yo quien puede amar todas esas cosas de ella.
  –Te quiero –la noto decir.
Cierro los ojos y la escucho mientras repite la frase una y otra vez. Muevo la cabeza hasta colocar la oreja justo encima de su corazón y saboreo cada detalle de ella: su olor, su tacto, su voz, su amor...
Ridge

Jamás había sentido tantas cosas a la vez.
Jamás había necesitado sentir más.
Levanto la cabeza para mirarla a los ojos.
Ahora ya es parte de mí.
Y yo soy parte de ella.
Ridge

La beso con dulzura en la nariz, en la boca y en la barbilla, para después apoyar de nuevo la oreja sobre su corazón. Por primera vez en mi vida, lo oigo absolutamente todo.
Ridge


CANCIONES

VIVES UNA MENTIRA
No me conoces tanto como crees.
Me sirvo dos, pero quiero tres.
Oh, vives una mentira,
vives una mentira.

Crees que estamos bien, pero no es verdad.
Podrías haberlo arreglado, 
perdiste tu oportunidad.
Oh, vives una mentira,
vives una mentira.

Un giro a la derecha, llantas humeantes.
Veo otra vez tu sonrisa, ¿por qué esta prisa?,
¿esta prisa?

Pisas a fondo el acelerador,
todo se ha vuelto borroso, ya no te conozco.
No te conozco.

Frena, te grito, estamos fuera de la ciudad.
La carretera es mala, ¿es que no te basta?
No te basta.

Me miras, vas derecho hacia un árbol.
Abro la puerta, ya estoy harta.
Estoy harta.

No me conoces tanto como crees.
Me sirvo dos, pero quiero tres.
Oh, vives una mentira,
vives una mentira.

Crees que estamos bien, pero no es verdad.
Podrías haberlo arreglado, 
perdiste tu oportunidad.
Oh, vives una mentira,
vives una mentira.



ALGO
No puedo decirte adiós
y sigo preguntándome el motivo,
pero lo único que se me ocurre
es la verdad que esquivo.

Es difícil empezar de nuevo,
seguir mirando el retrovisor,
pero algo se acerca,
algo perfecto a tu alrededor,
sólo espera un poco más.

Encontrarás algo que querías vivir,
algo que necesitabas,
algo que querías repetir.
Y ese sentimiento es maravilloso.

Lo descubrirás si escuchas,
entre todos los besos,
lo que funcionaba
y acabaste echando de menos.
Oh, sí, eso es lo que debes hacer.

Creía que seguiríamos
siempre igual, sin cambiar,
y supongo que has encontrado
alguien a quien culpar.

Y en el fondo de  mi corazón
y de mi mente sé que es un juego,
que nuestros deseos y esperanzas
no avivarán el fuego.
Sólo espera un poco más.

Encontrarás algo que querías vivir,
algo que necesitabas,
algo que querías repetir.
Y ese sentimiento es maravilloso.

Lo descubrirás si escuchas,
entre todos los besos,
lo que funcionaba
y acabaste echando de menos.
Oh, sí, eso es lo que debes hacer.

No tienes que sorprenderte,
porque siempre sabrás
que lo que teníamos era de verdad.
De verdad.
Pero ahora ya no está,
no está.

Encontrarás lo que querías.
Encontrarás lo que querías.
Encontrarás lo que querías.
Encontrarás lo que querías.
Encontrarás lo que querías.



ALGO MÁS
¿Por qué no quieres
que nos vayamos de aquí?
Podemos vivir como tú querías,
un día aquí y otro allí.

Seré tu hogar,
construiremos el nuestro los dos,
porque si estamos juntos es muy difícil
que nos sintamos solos.

Tendremos todo lo que siempre hemos querido,
incluso algo más,
algo más.

Yo llevaré mi maleta
y tú tus mapas.
Podemos vivir según las reglas
o no volver jamás.

Sentir la brisa
nunca ha sido tan hermoso.
Contemplaremos las estrellas
bajo el cielo luminoso.

Tendremos todo lo que siempre hemos querido,
incluso algo más,
algo más.



TAL VEZ MAÑANA
Me parece muy lejano todavía,
pero me acerco un poco cada día
y pienso que ha de ser para mí.

Correría por ti si pudiera ponerme de pie,
pero en lo que quiero no tengo fe,
porque lo que quiero eres tú.

Y si no puedo ser tuyo ahora,
esperaré aquí, contando las horas,
a que vengas 
y me lleves más lejos todavía.
Tal vez mañana.
Tal vez mañana.

Quiero ignorar tus palabras.
Te vuelves hacia mí, me alejo de ti.
Pero Cupido me ha lanzado dos flechas.

Huelo tu perfume en mis sábanas,
tu imagen entra por las ventanas,
verdades escritas que no decimos.

Y si no puedo ser tuyo ahora,
esperaré aquí, contando las horas,
a que vengas 
y me lleves más lejos todavía.
Tal vez mañana.
Tal vez mañana.

Dices que está mal, pero es muy bonito.
Me alejas de ti, luego me acercas un poquito.
Frases que no terminamos, como nuestra canción.

Esto no puede acabar bien, lo sabemos.
Trazamos líneas que luego desdibujados.
Por ella sufro, por ti me muero.

Y si no puedo ser tuyo ahora,
esperaré aquí, contando las horas,
a que vengas 
y me lleves más lejos todavía.
Tal vez mañana.
Tal vez mañana.



ERES TÚ
Nena, todo lo que puedas haber hecho
bajo cualquier techo
ya ni siquiera importa,
de eso estoy seguro,
porque me has llevado
a los lugares que quería conocer
y me has enseñado
todo lo que quería ver.
Tú lo sabes,
sabes que eres tú.

Pienso en ti día tras día,
intento pensar en algo mejor que decir,
tal vez <<Hola, ¿cómo estas?>>,
no todo puede servir.

Porque me has llevado
a los lugares que quería conocer
y me has enseñado
todo lo que quería ver.
Tú lo sabes,
sabes que eres tú.



NO QUIERO DEJARTE MARCHAR
El aire me revuelve el pelo,
en noches como ésta no encuentro consuelo
sabiendo que tú y yo estamos tan lejos.

Las estrellas brillan como una melodía
y cantan para nosotros con melancolía,
pero sólo yo oigo esa música.

Si se lo pregunto, tal vez quieran tocar para ti.
Le pido un deseo a una, luego a las demás.
Creo que ya no puedo hacer mucho más.

No quiero dejarte marchar,
ni a estos recuerdos que no puedo olvidar.
No quiero dejarte marchar,
pero si no estás aquí, es difícil de lograr
No quiero,
no quiero dejarte marchar.

El asiento del pasajero está vacío
y sé que, cuando estoy sin ti,
voy a lugares a los que no quiero ir.
Te necesito aquí para que mi luz seas,
una estrella en el cielo que ilumine mis tinieblas.
A veces necesito ver en la oscuridad.

Así que vamos, vamos, enciéndela,
para ver sólo necesito una vela.
Prométeme que no pasarás de largo como un cometa.
No quiero dejarte marchar,
ni a estos recuerdos que no puedo olvidar.
No quiero dejarte marchar,
pero su no estás aquí, es difícil de lograr.
No quiero,
no quiero dejarte marchar.



DEJA QUE EMPIECE
El tiempo pasaba deprisa,
el tiempo pasaba deprisa hasta que se acabó.
Tú crees que está bien,
tú crees que está bien hasta que está mal.

Después de todo este tiempo,
te sigo queriendo,
después de todo lo que mi mente
está sufriendo.
Así que ¿por qué no?
¿Por qué no dejas que empiece?
¿Por qué no?
¿Por qué no dejas que empiece?

Me tiendes una mano,
me tiendes una mano con tu corazón,
y yo te lo robo
te lo robo como un ladrón.

Después de todo este tiempo,
te sigo queriendo,
después de todo mi mente
está sufriendo.

Me quedaré junto a tu puerta
hasta que me dejes entrar.
Quiero ser tu final,
pero antes tenemos que empezar.

Así que ¿por qué no?
¿Por qué no dejas que empiece?
¿Por qué no?
¿Por qué no dices cuándo?


Me despido lector, que tengas unas maravillosas y mágicas lecturas.

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