Frases Nunca Nunca 1

Finge, tal como ha estado fingiendo con todos los demás.
Silas

Y así me siento (como una niñita en el mundo muy, muy grande). No comprendo nada y tampoco reconozco nada.
Charlie

<<Nunca te detengas. Nunca olvides>>
Nota

Podría carecer de significado. Podría significarlo.
Charlie

Todo podría significar todo.
O todo podría significar absolutamente nada.
Charlie

Tal vez debería estar nervioso o intimidado por él. Estoy seguro de qué el Silas de ayer lo estaría, pero es difícil sentirse intimidado por alguien a quien no conoces en lo absoluto. En lo que a mí concierne, él no tiene poder sobre mí, y el poder es el ingrediente principal de la intimidación.
Silas

Hay una bonita función llamada <<mensajes leídos>>. Sí vas a ignorar mis mensajes, probablemente deberías desactivarla. ;)
Charlie

Qué extraño estar hecha de carne equilibrada sobre huesos y llena de un alma que no conoces.
Charlie

Ella es familiar. Lo único que me brinda tranquilidad en un mundo de inconsistencia y confusión.
Silas

No me da las gracias, lo cual me alivia. Asegurarme de que coma no es un favor por el cual espero gratitud. Es algo que deseo que ella espere de mí.
Silas

  ­–¿Vas a dejar que maneje tu auto? –interrumpe Andrew–. ¿Es broma? ¡Nunca me has dejado siquiera sentarme detrás del maldito volante!
Miro a Andrew y levanto los hombros.
  –Pero no estoy enamorado de ti.
Charlie escupe su bebida con una carcajada. La miro, su sonrisa es enorme. Ilumina toda su cara, hace que de alguna manera el café de sus ojos parezca más claro. Tal vez no recuerde nada, pero apostaría que su sonrisa era mi parte favorita de ella.
Andrew, Silas & Charlie

Agarro su muñeca y la traigo hacia mí, coloco mis brazos alrededor de ella en un apretado abrazo. Hundo la cara en su pelo y dejo escapar un suspiro. Este espacio se siente familiar. Seguro. Me hace olvidar que ni siquiera puedo recordar...
Silas

  –¿Por qué sonríes? –inquiere, luego de cinco kilómetros de camino.
No me di cuenta de que lo hacía. Me encojo de hombros.
  –Sólo pensaba.
  –¿En qué?
La miro, espera mi respuesta con el sueño fruncido, impaciente.
  –Me preguntaba cómo el viejo Silas logró penetrar tu duro exterior.
Se ríe.
  –¿Qué te hace pensar que lo logró?
Volvería a sonreír, pero creo que no había dejado de hacerlo.
  –Viste el vídeo, Charlie. Lo amabas a él. –Hago una pausa, por un segundo, luego lo digo de otra manera–. A mí. Me amabas a mí.
  –Ella te amaba –dice Charlie y luego sonríe–. Yo no estoy segura siquiera de que me gustes.
Agito mi cabeza con una suave mueca.
  –No me conozco muy bien, pero debo ser extremadamente competitivo, porque acabo de tomarlo como un desafío.
  –¿Qué tomaste como un desafío? ¿Crees que puedes hacer que me gustes de nuevo?
Volteo para mirarla y agito la cabeza ligeramente.
  –No. Voy a hacer que te enamores de mí otra vez.
Puedo ver el gentil movimiento de su garganta cuando pasa saliva pero, con la misma rapidez con que bajó su guardia, se recupera.
  –Buena suerte -dice, vigilándome–. Estoy segura de que serás el primer tipo en competir consigo mismo por el afecto de una chica.
  –Tal vez así sea –contesto, mientras llegamos al camino de entrada a mi casa–. Pero apuesto por mí.
Charlie & Silas

Quiero sentir eso de nuevo. Quiero recordar lo que se siente amar a alguien de esa manera. Y no sólo a alguien. Quiero saber lo que se siente amar a Charlie.
Silas

  –No nos conozco muy bien, pero me doy cuenta que me tomas como un juego.
  –Oh, por favor –digo con enfado–. Si fueras un juego, Silas, serías un Monopoly. Sigues y sigues y todos terminan haciendo trampa sólo para acabar.
Se queda callado por un minuto. Me siento mal por decir algo tan pesado, aunque sea broma.
  –Probablemente tengas razón. –Se ríe–. Por eso me engañaste con el estúpido de Brian. Qué suerte tienes de que ya no soy Silas Monopoly. Soy Silas Tetris. Todas mis piezas y partes van a colocarse con todas tus piezas y partes.
Charlie & Silas

  –Un beso, ¿eh? Nunca antes he besado a alguien.
  –¡Silas!
  –¿Qué? ¡Si no puedo recordarlo, no cuenta!
Charlie & Silas

Estamos parados entre un grupo de espectadores y Silas vuelve a tomar mi mano. Por primera vez lo permito . Dejo que sus dedos calientes se entrelacen con los míos. Con su mano libre toma una foto del violinista, luego me mira.
  –Para que recuerde la primera vez que sostuve tu mano.
Charlie & Silas

La miro mientras se dirige hacia el restaurante y me doy cuenta de que la he puesto al descubierto. Cuanto más le gusto, más distante se vuelve. Me trata con mayor sarcasmo. La vulnerabilidad la hace sentir débil, así que finge ser más dura de lo que realmente es. Creo que el viejo Silas también sabía esto. Esa es la razón por la que la amaba: por que, aparentemente, a él le gustaba este juego.
Al parecer a mi también, porque una vez más la estoy siguiendo.
Silas

No sé por qué permite que este lugar la asuste. No parece del tipo de persona que cree en estas cosas, pero no me quejo. Una Charlie asustada significa un Silas muy afortunado.
Silas

En este momento (justo ahora) no me queda claro quién es Charlie. Ella no es buena como Silas. Ella lo ama porque él es diferente. Tal vez por eso lo traicionó con Brian, porque ella no podía ser tan buena como Silas.
Charlie

Levanto los ojos al cielo y me alejo rumbo a una fuente que hay cerca de una iglesia. Silas me sigue. Quiero ver su cara, pero no volteo. Esto es casi como una tarea. No puedo convertirlo en algo más. Es un experimento. Eso es.
Cuando llegamos a la fuente, ambos nos sentamos en la orilla. No quiero hacerlo de esta manera, así que me levanto y me doy vuelta hacia él.
  –Está bien –digo, de pie frente a él–. Cierra los ojos.
Lo hace, pero hay una sonrisa en su cara.
  –Mantenlos cerrados –lo instruyo. No quiero que él me vea. Apenas sé qué aspecto tengo; no sé si mi cara se contorsiona cuando estoy bajo presión.
Él  tiene la cabeza hacia arriba y yo hacia abajo. Pongo mis manos sobre sus hombros y siento las suyas que se levantan hasta mi cintura, mientras me acerca entre sus rodillas. Sus manos se deslizan hacia arriba sin previo aviso, acariciando mi estómago con sus pulgares y luego pasando rápidamente debajo de mi brasier. Mi estómago se contrae.
  –Lo siento –dice–. No puedo ver lo que estoy haciendo.
Sonrío y me da gusto que no pueda ver mi reacción.
  –Pon tus manos otra vez en mi cintura –ordeno.
Las pone demasiado abajo y ahora sus palmas están en mi trasero. Aprieta un poco; le doy un golpecito en el brazo.
  –¿Qué? –se ríe–. ¡No puedo ver!
  –Levántalas –advierto.
Las sube un poco más, lentamente. Siento hormiguitas hasta debajo de los dedos de mis pies.
  –Más arriba –digo de nuevo.
Las sube medio centímetro.
  –¿Esto es...?
Antes de que pueda terminar la frase, inclino mi cara y lo beso. Él sonríe al principio, todavía entretenido con su jueguito, pero cuando siente mis labios su sonrisa se disuelve.
Su boca es suave. Levanto mis manos hasta su cara y la acuno mientras me aprieta más, envolviendo sus brazos alrededor de mi espalda. Yo estoy arriba y él abajo. Espero darle sólo un beso breve. Eso es todo lo que muestran en los cuentos de hadas: un besito rápido y la maldición se rompe. Para este momento ya deberíamos haber recuperado nuestros recuerdos, si es que esto funciona. El experimento debería terminar, pero ninguno de los dos se detiene.
Besa con labios suaves y lengua firme. No es descuidada o húmeda. Entra y sale de mi boca sensualmente mientras sus labios chupan con suavidad los míos. Subo los dedos por su cuello y su pelo, y es en ese momento cuando él se levanta, forzándome a dar un paso atrás y cambiar de posición. Logro ocultar mi jadeo de buena manera.
Ahora invertimos los papeles, él me besa desde arriba y yo desde abajo. Me mantiene pegada a él rodeando mi cintura con un brazo y la mano que tiene libre sujeta mi cuello. Me aferro mareada a su camisa. Labios suaves, arrastrando..., lengua entre mis labios..., presión en mi espalda... Hay algo entre nosotros que me hace sentir una explosión de calor. Me aparto, resoplando.
Nos quedamos ahí, estáticos. Lo miro; me mira.
Algo ha sucedido. No son nuestros recuerdos que han despertado, sino algo más que nos hace sentir borrachos.
Charlie & Silas

  –No me importa cómo fue nuestro primer beso –dice–. Este es el que pienso recordar
Silas

Lo que ciertamente no era parte del plan que fue que todo lo demás tomara un lugar secundario una vez que sus labios se presionan contra los míos. Pero eso es exactamente lo que sucedió. Dejé de pensar en por qué nos estábamos besando y todo lo que habíamos pasando ese día. En lo único que me concentraba era en cómo ella apretaba mi camisa con sus puños, acercándome, deseando más. Podía escuchar los pequeños jadeos que emitía entre besos, cuando aspiraba aire con desesperación, porque en cuanto nuestras bocas se unieron, ambos nos quedamos sin respiración. Y aunque dejó de besarme y se apartó, pude ver la expresión confundida en su cara y la manera en que sus ojos siguieron analizando mi boca.
Silas


Me despido lector, que tengas unas maravillosas y mágicas lecturas.

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