Frases Hielo Negro

No podían elegir las partes o aspectos de ella que querían. O la aceptaban incondicionalmente, o la perderían por completo.
Lauren

Yo había trabajado duro para realizarlo y no permitiría que Calvin arruinara mis planes. Ya había arruinado demasiadas cosas en mi vida.
Britt

Jesús dijo que nos perdonáramos los unos a los otros, pero siempre hay excepciones.
Britt


Me resultaría mucho más fácil fingir que era feliz si no tuviera que malgastar mi energía convenciendo a todo el mundo de que todo iba genial.
Britt

Una sensación de irrealidad creció en mi interior. Era como estar flotando en la marea mientras esta subía y bajaba y tener la extraña impresión de ser impotente ante una fuerza mucho mayor.
Britt
En realidad, prefería el nombre de Jude al de Mason, pero a él nunca se lo confesaría.
  –Es corto. Yo siempre he preferido los nombres de chico largos. Y me recuerda a la canción de los Beatles. O a Jude Law, a quien no te pareces en nada –añadí con rapidez.
Él se frotó la mandíbula y fingió que reflfexionaba.
  ­–Es verdad, no es ni la mitad de guapo que yo.
Britt & Jude/Mason

  –Todos necesitamos tener secretos. Los secretos nos hacen sentirnos vulnerables –me explicó Jude.
  ¿Por qué querría nadie sentirse vulnerable?
  –Para no bajar la guardia y, así, evitar sufrir daños.
  –No lo entiendo.
  –Si tienes una debilidad, tienes que estar alerta para protegerla. No puedes despistarte.
Britt & Jude/Mason

  –Uno nunca sabe a qué va a tener que enfrentarse, de modo que, más vale estar preparado.
Britt

Jude me ayudó a levantarme y me abrazó. Apoyó mi cabeza contra su pecho y oí que el corazón le iba a tope.
  –¡Tenía tanto miedo de que te atacara! –me dijo al oído con voz áspera y emocionada.
Yo me relajé en sus brazos. De repente, me di cuenta de que estaba hecha polvo.
  –Sé que querías que saliera huyendo y me salvara, pero si te murieras, Jude, si te ocurriera algo y yo me quedara aquí sola…
Me interrumpí. Era incapaz de terminar.
El peso de esta terrible posibilidad me cortó la respiración: la soledad, la desesperanza, los peligros…
  –No te preocupes, tú tenías razón –declaró Jude con voz ronca, y me apretó con más fuerza–. Me has salvado la vida. Formamos un equipo. Estamos en esto juntos. –Soltó una breve risa de alivio–. Ahora somos tú y yo, Britt.
Britt & Jude/Mason

  –Puede que parezca raro, pero, contigo a mi lado, me siento más capaz. Realmente siento que estamos juntos en esto. Si es que eso tiene algún sentido.
  –Tiene mucho sentido.
Britt & Jude/Mason

Si, en lugar de Jude, hubiera sido Calvin quien estuviera allí, no habría podido decir lo mismo. Yo siempre había permitido que Calvin cuidara de mí. Cuando salíamos, aunque fuera con mi coche, siempre conducía él. Calvin pagaba nuestras cenas. Y, si llovía y yo me había olvidado la chaqueta, lo presionaba hasta que me dejaba la suya. Yo quería que me adorara, me protegiera e hiciera lo imposible por mí. Si no lo hacía, yo me hacía la inútil para obligarlo a prestarme atención. Sin embargo, con Jude, yo confiaba en mi propia capacidad para cuidar de mí misma. Me sentía segura, no desesperada. Estaba convencida de que nuestros puntos fuertes se complementaban.
Britt

  –Cuando mientes, te tiembla la ceja izquierda. Y no te ha temblado en toda la noche. Además, ya te he dicho que te acompañaré a Idlewilde. No tienes que hacer nada para conseguirlo.
Yo me aparté de él. Estaba indignada.
  –¡A mí no me tiembla la ceja izquierda!
Jude me observó y esbozó una leve sonrisa, como si analizara si era sensato seguir hablando de aquella cuestión.
  –Cuando algo te divierte, tu boca se curva, como con picardía –continuó él como si estuviera reforzando su anterior comentario–. Cuando estás enfadada, aprietas los labios y aparecen tres finas arrugas en tu entrecejo.
Yo me arrodillé y puse los brazos en jarras con determinación.
  –¿Algo más? –pregunté acaloradamente.
Jude se tocó la nariz y se esforzó en no sonreír.
  –Cuando me besas, emites un ronroneo en lo más hondo de tu garganta. Es tan leve, que, para oírlo, tengo que estar tocándote.
Me puse roja como un tomate.
  –Deberíamos besarnos otra vez y averiguar qué otras observaciones puedo hacer –sugirió él.
  –¿Después de que me hayas insultado? ¡Ni lo sueñes!
  –Quieres hacerme creer que te sientes insultada, pero tu ceja izquierda está temblando. Es mentira.
Britt & Jude/Mason

  –¿Eso es todo? ¿Solo no? ¿Nada de explicaciones?
  –Me has formulado una pregunta simple y, dadas las posible respuestas: si, no y es posible, creí que estarías contenta con el no.
Britt & Jude/Mason

  –Nunca he engañado a las chicas con las que he salido. Si sintiera la necesidad de engañarlas, esto me indicaría que algo no iba bien en la relación. Y, si no podía arreglarlo, pondría punto final a la relación. No creo en hacer daño a la gente.
Jude/Mason

  –Y si es así como besas cuando vas pedo, me muero de ganas de ver cómo lo haces cuando estás totalmente sobria.
Jude/Mason

  –¿Más ejercicios de lengua? Creía que ya habías tenido suficiente con los de anoche.
  –¡Vete al infierno!
  –Lo siento, cariño, pero ya estamos ahí.
Britt & Jude/Mason

  –Solo porque uno muera, no significa que deje de existir.
Britt

  –Cuando tú y yo unimos fuerzas para salir de la montaña vivos me ocurrió algo. La rabia se esfumó. Por primera vez en meses, tenía alguien a quien aferrarme que no fuera el fantasma de Lauren. Quería estar ahí para ti, Britt. Me dije a mí mismo que era más valioso vivo que muerto. Tenía que seguir luchando porque tú me necesitabas. Y cuando nos besamos…
Jude/Mason

La idea de que desapareciera para siempre me destrozó.
Britt

Calvin nunca me creería, pero, en la montaña, yo no había dependido totalmente de Jude. Él no me lo había permitido. Yo había sobrevivido porque él había confiado en que yo era capaz de salir adelante por mí misma. Yo había madurado más en los últimos días que en los cuatro años de instituto.
Britt

Yo no sy fuerte –deseé decirle–. Estoy acojonada y me da miedo de que muramos los dos. Pero, en aquel momento, Jude necesitaba que yo fuera fuerte y lo sería por él.
Britt

  –No pienso irme y dejarte solo.
Jude me miró fijamente y con preocupación y se sentó con esfuerzo.
  –Desde luego que te irás. Esta es tu oportunidad. No es gran cosa, lo reconozco, pero es lo mejor que vas a tener. Cuando más tardes, más probable es que Calvin nos encuentre y nos mate o te separe de mí.
Sin pensarmelo dos veces, lo agarré y lo besé.
Jude había encorvado el hombro bueno para protegerse del frío, o quizá para amortiguar el dolor. En cualquier caso, cuando lo besé, noté que se relajaba. Esperaba que intentara apartarme de él y convencerme de que me fuera, pero me necesitaba tanto como yo lo necesitaba a él. Nos enfrentábamos a la muerte. Esta era la dura y terrible realidad. En aquel momento, no sentíamos deseo, sino una imperiosa y ardiente necesidad. Una confirmación de vida. Jude me apretó rudamente contra él. Si esto empeorería su herida, no pareció importarle. Me devolvió el beso apasionadamente. ¡Estábamos vivos! Y el hecho de estar a las puertas de la muerte hacía que cobrara más importancia.
  –Siento no haberte creído antes –dije con voz entrecortada–. Me equivoqué. Cometí un gran error. Pero ahora te creo y confío en ti, Jude.
Me miró con expresión de alivio.
  –¿Estás segura de que no podré convencerte de que te vayas a esa cabaña? –me preguntó mientras presionaba su frente contra la mía.
Resopló levemente, pero tuve la sensación de que no lo hacía para aliviar el dolor de sus heridas. Parecía más despierto, como si se estuviera preparando para la lucha. La expresión de su cara reflejaba una determinación que ningún tipo de dolor podía superar.
Yo negué con la cabeza y suspiré hondo. Su beso había sido para mí como una descarga de adrenalina. Aunque estaba acojonada, ahora tenía una razón para vivir, y esta me miraba directamente a los ojos.
Britt & Jude/Mason

Nada estaba bien. Él no estaba bien. Nadie podía ayudar a aquella versión deformada y perdida de él.
Britt

Dicen que, cuando estás a punto de morir, tu vida pasa por delante de tus ojos. Lo que nunca te dicen es que, cuando ves morir a alguien a quien has querido, cuando ves que se debate entre esta vida y la siguiente, te resulta doblemente doloroso, porque lo que pasa por delante de tus ojos no es una, sino dos vidas que recorrieron juntas una parte del camino.
Britt

¡Quería decirle tantas cosas! Pero no existían palabras para un momento como aquel.
Britt

  –Hemos vivido algo muy intenso y, ahora, tenemos que acostumbrarnos a que la vida vuelva a la normalidad, aunque se trate de una normalidad diferente.
Jude/Mason

Quería asegurarse de que yo estaba bien; de que no me hacía daño. Y yo no podía permitir que supiera que me estaba partiendo el corazón. Había llegado la hora de que cada uno siguiera su camino.
Britt

  –Somos jóvenes, Britt. Y estamos vivas –declaró Caz, y apoyó los talones sobre el salpicadero–. Guarda la prudencia para cuando estés muerta.
Caz

¿Qué son las orejas marinas?, me preguntó articulando las palabras a través del espejo retrovisor.
  –Son unos moluscos –respondí yo.
  –¡Ah! –contestó ella con prudencia–. Vamos a pescar orejas marinas, lo que puede ser, o no, el nombre en clave de otra cosa.
Britt & Caz

  –No tenemos por qué hablar de él –dijo Caz–, pero si te rompió el corazón, le arranceré el suyo y se lo daré de comer al cerdo que tiene mi familia como mascota. Al viejo cerdo mascota.
  –Eso me tranquiliza.
  –Tú harías lo mismo por mí.
  –Yo no tengo un cerdo mascota.
  –Pero seguro que tienes una patata mascota –bromeó ella.
Britt & Caz

  –Nos vemos… cuando nos veamos.
Caz

  –Tiré a la basura todo lo que me puse en aquel viaje. Los guantes, los tejanos e incluso las botas. Cuatro días seguidos llevando lo mismo fue suficiente para mí.
  –Yo también lo tiré casi todo. Menos el gorro. Lo conservé porque tú te lo habías puesto y quería tener un recuerdo de ti. ¡Lo sé, es un detalle patético y sentimental!
  –¡No! –exclamé yo. De repente, me sentí tímida–. Es… tierno.
Britt & Jude/Mason

  –Desde que nos vimos por última vez, he venido a Van Damme casi todos los fines de semana. El viaje es largo, pero esperaba que te acordaras de que te había hablado de este lugar. Me sentaba en las rocas y escudriñaba la playa por si te veía. A veces, mientras paseaba por la arena, creía verte con el rabillo del ojo. Me volvía rápidamente, pero siempre se trataba de un reflejo de luz. –Su voz se volvió grave–. Vine una y otra vez esperando encontrarte. Y hoy, cuando te vi y realmente eras tú, me di cuenta de que tú también me estabas buscando. Porque aquellos cuatro días en las montañas nos cambiaron. Yo te di un trozo de mí y tú también debiste de darme un trozo de ti, porque, si no, no habrías venido a Van Damme. No puedo olvidarte, Britt, y no quiero que tú te olvides de mí.
Jude/Mason

  –He venido hasta aquí para verte. Aquellos cuatro días no fueron suficientes para mí. Quería estar contigo de esta manera. En una noche cálida y relajada. En un restaurante. Paseando por la playa y hablando de cosas estúpidas y sin importancia.
  –¡Tengo una idea brillante! Demos un paseo por la playa y hablemos de cosas estúpidas y sin importancia.
Yo me reí.
  –Me has leído la mente.
  –¿Lo ves? Soy el tío perfecto. No tienes que decirme lo que quieres. –Se dio unos golpecitos en la cabeza con un dedo–. Soy un tío que lee la mente. Solo hay uno entre un millón. Se trata de un super poder de segunda categoría como mínimo.
  –¡Para ya! Vas a conseguir que me atragante con la bebida.
Jude volvió a darse unos golpecitos en la cabeza con el dedo.
  –Lo sabía.
Yo exhalé un suspiro de felicidad.
  –Es la mejor noche de mi vida, Jude. Gracias.
  –Hago que te atragantes con la bebida y es la mejor noche de tu vida. ¡Eres fácil de contentar!
  –¡Vamos! –Me reí otra vez. Me puse las chanclas y lo agarré del codo–. La gente nos está mirado. Vayamos a hacer el idiota en privado.
Britt & Jude/Mason

Caz me dijo una vez que uno sabe cuándo está cómodo con otra persona cuando están juntos en silencio y no se sienten obligados a hablar.
Britt

  –¿Qué planes tienes para el verano? –me preguntó Jude.
  –Buscar un trabajo, ir a ver a mi familia… –Me volví para mirarlo a los ojos–. Ahora mismo, no pienso en eso.
  –Quédate aquí. Conmigo.
Me apoye en el codo y lo miré a la cara para averiguar si hablaba en serio.
  –¿Qué quieres decir?
  –Mis padres pasarán el verano en Europa, y en la casa hay un montón de habitaciones. Caz y Juanita también pueden venir. Y si te preocupa lo de encontrar un trabajo, conozco a unas cuantas personas que buscan estudiantes en prácticas. Y si quieres algo menos exigente, siempre puedes encontrar trabajo como camarera. Tú pide.
  –¿Nos dejarías quedarnos en tu casa todo el verano?
  –Nada se interpondrá en mi camino. Mi oferta será tan buena que no podrás rechazarla.
Yo sonreí.
  –Eso suena un poco siniestro, Don Corleone.
  –El año pasado te dejé escapar y, aunque no me arrepiento de haberte dado tiempo para que averiguaras lo que realmente sentías, siempre he esperado que me dieras una segunda oportunidad. Dime que sí. Dime que nos darás otra oportunidad.
  –No lo sé –le contesté mordiéndome el labio para que no se me escapara la risa–. Las últimas vacaciones que pasamos juntos acabaron fatal. Tengo que preguntarte algo: ¿habrá nieve?
Una sonrisa iluminó sus facciones.
  –No, solo playas interminables, sol… y yo.
Britt & Jude/Mason

Suspiré felizmente y deslicé mi mano por su pecho. Solo tenía leves cicatrices de las heridas de aquel viaje. Las besé con delicadeza. Para mí, no eran imperfecciones, sino el vivo recuerdo de la oscura noche que compartimos. Pero después de la oscuridad viene la luz.
Britt

  –Si no fueras tan guapa, te reñiría por ese gran ego que tienes. –Deslizó el dedo ociosamente a lo largo de mi nariz–. Siempre pienso en hacerlo, pero entonces me miras, me olvido de qué iba a decirte y lo único que consigo pensar es que, si no te beso, y pronto, es que no te merezco.
  –Eso ya me está bien.
  –Si no me controlo, te mimaré y la cabeza te crecerá tanto que tendremos que bajarla rodando hasta la playa. –Apoyó el codo en la arena y me miró a los ojos–. Todavía no me has contestado. ¿Te quedarás aquí durante el verano?
Deje de sonreír y sopesé seriamente su propuesta. De una forma que el resto del mundo nunca entendería, pasar cuatro días con él en la montaña y confiarle mi vida fue todo lo que necesité para saber que estaba enamorada de él. Si tuviera que volver a pasar por aquello para conocerlo, lo haría.
Le tapé la boca con la mía. Jude sabía a agua de mar. Pensé que era muy afortunada. Durante todo el verano, podría tumbarme en la playa con él, nuestros cuerpos estarían rebozados de arena, besaría el océano en sus labios y nos dormiríamos el uno en los brazos del otro mientras oíamos el suave batir de las olas.
  –Me quedaré –le contesté–. Creo que estar contigo merece que soporte las interminables playas y el sol un poco más.
Jude sonrió.
  –Así que lo merezco. Muy bien, te lo demostraré. Ven aquí…
Britt & Jude/Mason


Me despido lector, que tengas unas maravillosas y mágicas lecturas.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Frases Tal vez mañana